Cristóbal Colón, rechazado en varios países como: Génova, en Portugal y en Inglaterra, se dirigió a los reyes de España: Isabel y Fernando que si bien tardaron en escucharle, respondieron a su petición. Un solo hombre, fray Juan Pérez, comprendió el genio de Colón y supo hacerle comprender a la reina. Una vez convencida la reina Isabel llamó al genovés, financió su empresa, y el 3 de agosto de 1492 emprendieron el viaje saliendo desde el puerto de Palos tres pequeñas naves: la Santa María, gobernada por Colón, y las carabelas la Pinta y la Niña por los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón.
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