lunes, 18 de mayo de 2009

Fin de la conquista y muerte de Pizarro


La amistad de años entre Pizarro con Almagro empezó a debilitarse. Al crear su sociedad conquistadora se habían comprometido a repartir equitativamente las ganacias y los premios que el Rey les otorgara. Sin embargo, desde la firma de la Capitulación de Toledo ello no venía ocurriendo. Almagro decidió, entonces, obtener su propia gobernación y logró, en 1534, que el monarca autorizara la conquista de la Nueva Toledo y emprendió su viaje a Chile.
La empresa de Almagro fue un fracaso y decidió volver al Cuzco, ciudad que antes de partir disputaba con Pizarro.
Almagro fue derrotado en la Batalla de Las Salinas (1538), siendo luego ajusticiado.
Después de la Batalla de las Salinas, el poder de Pizarro se asentó firmemente. Sin embargo, ya en mayo de 1541 un drama empezaba a anunciarse: curiosamente, en Santiago del Nuevo Extremo circulaban, por boca de los indígenas, rumores sobre la muerte de Pizarro a manos de Diego de Almagro el Mozo, hecho que no se había producido.


El domingo 26 de junio de 1541 los almagristas se presentaron en la Plaza de Armas de Lima e ingresaron en su casa, ultimando con armas blancas a cuantos se cruzaban en su camino. Pizarro se afrontó armado a sus victimarios. Recibió una estocada, pero continuó luchando hasta que fue alcanzado en la garganta y luego golpeado con un objeto contundente en la cabeza. Actualmente sus restos se encuentran en la Catedral de Lima.

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