El cuarto viaje lo emprendió el insigne genovés en Mayo de 1502, regresando a España sólo, enfermo y desamparado en Noviembre de 1504. Pocos días después murió su protectora la Reina Isabel, noticia que le produjo hondo pesar y le acortó sus días, al verse desposeído al mismo tiempo de sus cargos.
Murió en una pobre casa en Valladolid el 20 de Mayo de 1506 y así terminó la vida de uno de los hombres más grandes que ha habido en la humanidad. Sus restos se trasladaron a Santo Domingo en 1536, de esta isla a la de Cuba en 1796 y de la Habana a Sevilla en 1898.
Murió en una pobre casa en Valladolid el 20 de Mayo de 1506 y así terminó la vida de uno de los hombres más grandes que ha habido en la humanidad. Sus restos se trasladaron a Santo Domingo en 1536, de esta isla a la de Cuba en 1796 y de la Habana a Sevilla en 1898.
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